Ornitólogos observan un porrón acollarado en la laguna de Navaseca
Navaseca
Laguna Navaseca.
10 Enero 2022

Está considerado una rareza ornitológica en la Península Ibérica. Se descubrió el 6 de enero, “un verdadero regalo de Reyes”, como ha subrayado el ornitólogo Concepción Sepúlveda en los medios provinciales.

Lanza Digital.- El naturalista y ornitólogo Concepción Sepúlveda ha explicado este domingo que un grupo de ornitólogos observó un ejemplar de porrón acollarado el pasado 6 de enero en la Laguna de Navaseca en Daimiel (Ciudad Real), un «verdadero regalo de Reyes».

Desde este día, ha señalado, se puede observar su presencia entre grandes bandos de anátidas, formados por porrones comunes (Aythya ferina) y patos cucharas (Spatula clypeata).

Sepúlveda ha comentado que no es fácil observar esta rareza ornitológica sino se va provisto de telescopio o prismáticos y si, además, el ave no está muy activo.

Porrón Acollarado
Foto de Concepción Sepúlveda

«Como esté dormido es muy similar al porrón moñudo (Aythya fuligula) y es difícil de distinguir, sólo si está activo, es fácil detectarlo porque su pico presenta un anillo ocular blanco y en la parte posterior del pico se ve un área pálida», ha detallado.

El porrón acollarado es un pato buceador originario de Norteamérica que hasta principios de la década de los 90 se consideraba un divagante y muy raro en España pero, desde entonces, no es extraño que algunos años se reporte su presencia en algún lugar del país.

Inverna en las costas de Estados Unidos, así como en México y Centroamérica y es una especie común que ha ampliado mucho su área de distribución durante las últimas décadas.

En su opinión, este ejemplar ha podido recalar muy probablemente en esta laguna empujado por uno de los recientes temporales que se han producido sobre la Península Ibérica.

El porrón acollarado tiene un aspecto parecido al del porrón moñudo y se diferencia de este por carecer de moño, tener el perfil de la cabeza triangular y exhibir en vuelo una franja alar gris en lugar de blanca.

Los flancos de los machos adultos son grises, salvo por una cuña blanca vertical en la zona de contacto con el pecho.

Asimismo, el pico muestra dos llamativas franjas verticales blancas, una en la base y otra junto a la punta.

Curiosamente, apenas se aprecia en el campo el collar ocre, muy fino, que da nombre a la especie.

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