Ayuntamiento de Daimiel

Tras cuatro meses de trabajo de restauración, la estatua de la Diosa Fortuna luce su color original, el blanco, en lo más alto de la fuente del Parterre, donde fue colocada hace 130 años.

Daimiel Noticias. - La Manola ha vuelto a ocupar su lugar original este viernes. Tras varios meses de trabajo de restauración, la estatua de la Diosa Fortuna luce su color original, el blanco, en lo más alto de la fuente del Parterre, donde fue colocada hace 130 años. El alcalde, Leopoldo Sierra, junto a la concejal de Cultura, Lourdes Rodríguez de Guzmán, y la propia restauradora, Isabel Angulo, han asistido al acto de inauguración acompañados de varios miembros de la Corporación Municipal. Rodríguez de Guzmán ha subrayado que la restauración de La Manola representa una muestra más de la apuesta de la concejalía por la recuperación y conservación del patrimonio cultural de la localidad.

La responsable de su restauración ha explicado brevemente las fases de un trabajo que comenzó en octubre del año pasado y que ahora ve la luz. Una labor que comenzó con estudios iniciales y analíticas, para detectar las alteraciones presentes en la estatua, y descubrir su composición y color original. El proceso continuó con varias fases de limpieza en seco y la aplicación posterior de tratamientos de protección del metal y anticorrosión para, finalmente, aplicar la imprimación blanca última.

Según explicaba, la parte más complicada fue la limpieza del interior de la copa donde se deposita el agua de la fuente, en la que se había acumulado gran cantidad de cal, compactándose hasta convertirse en una auténtica capa de mineral. Un trabajo duro y lento que, a la postre, permitió descubrir la decoración del interior del vaso.

Por su parte, el alcalde ha agradecido y felicitado a Isabel Angulo su trabajo de restauración y los datos aportados en el proceso de investigación previo. Sierra, mostró su satisfacción por “volver a tener a La Manola en su lugar, el Parterre, un punto de encuentro para la ciudadanía”, esperando que permanezca allí “otros 130 años más”.