El periódico del Grupo Planeta lo distinguió esta semana con el premio en Cirugía Digestiva, Robótica y Mínimamente Invasiva. Jiménez de los Galanes ha sido pionero al desarrollar un programa de cirugía virtual para operar el cáncer de hígado que permite simular la intervención para aumentar su precisión.
En la actualidad es coordinador de cirugía hepatobiliopancreática en varios hospitales de Quirón Salud y Jefe de Servicio en el Hospital Universitario Infanta Elena en Valdemoro (Madrid). Además, también es profesor titular en la Universidad Francisco de Vitoria y prepara las oposiciones para catedrático.
Daimiel Noticias.– El cirujano daimieleño Santos Jiménez de los Galanes Marchán, coordinador de cirugía hepatobiliopancreática en varios hospitales de Quirón Salud y Jefe de Servicio en el Hospital Universitario Infanta Elena, ha sido galardonado con el prestigioso Premio Médico del Año a la Innovación en Cirugía Digestiva, Robótica y Mínimamente Invasiva, concedido por el periódico La Razón.
Un premio que le reconoce como uno de los máximos exponentes de la cirugía digestiva que se realiza en España y, en especial, en la última evolución tecnológica que se usa en estas intervenciones. Entre otros méritos, ha sido pionero al desarrollar un programa de cirugía virtual para operar el cáncer de hígado. Esto permite a los cirujanos planificar, practicar y simular la cirugía de manera que aumentará la precisión y la eficacia de la operación. Además, también ha situado al Hospital de Valdemoro en 2024, como un centro pionero en la cirugía de hernia inguinal por laparoscopia, según destaca el periódico del Grupo Planeta.
Jiménez de los Galanes recibió el galardón el pasado martes en Madrid. Un reconocimiento que para él es motivo de orgullo, ya que confirma que estás trabajando “en la dirección correcta”. No obstante, el premio también le impone una “tremenda responsabilidad”, como apunta en una entrevista en Radio Daimiel.
En la conversación destaca que su trabajo trata con la salud, “lo más preciado que tenemos las personas”. Por tanto, cuando confían en él para solucionar un problema vital, especialmente cuando se espera que se utilicen las técnicas quirúrgicas más modernas y la tecnología más innovadora, lo impulsa a levantarse “cada mañana con un gran reto por delante”.
Especializado en cirugía hepatobiliopancreática -intervenciones complejas que afectan el hígado, las vías biliares y el páncreas-, el cirujano ha sido testigo y motor de la evolución quirúrgica. Hace dos décadas, la cirugía dependía principalmente de tijeras y bisturíes. Y luego, relata, llegó la cirugía mínimamente invasiva, que permitía operar por vía laparoscópica mediante pequeñas incisiones.
A la vanguardia de la cirugía
Actualmente, Jiménez de los Galanes utiliza la tecnología revolucionaria de los robots. Él maneja no solo el conocido robot Da Vinci -al que compara por su popularidad con la “Coca-Cola de los refrescos”- sino también otros sistemas más sofisticados.
En su búsqueda de la vanguardia, también trabaja en integrar la inteligencia artificial (IA) y sea el robot el “que nos vaya guiando”. Sin embargo, aclara que no se trata de “cirugía robótica”, sino de cirugía asistida por robot, ya que es el cirujano quien dirige la intervención.
Esta asistencia tecnológica maximiza las capacidades del médico, garantizando una cirugía más segura. Los beneficios son múltiples: el cirujano puede ver “en tres dimensiones, trabajar con un zoom de hasta 20 aumentos y ejecutar giros de muñeca superiores a los que la mano humana puede realizar”. Estas herramientas permiten realizar técnicas más precisas y exhaustivas, ayudando a un mayor número de pacientes.
Este sistema le permite planificar, practicar y simular la intervención con antelación, aumentando la precisión y la eficacia. De hecho, realiza reconstrucciones tridimensionales virtuales de todos los tumores que opera, lo que le permite ensayar “una y otra vez” para minimizar el margen de error antes de llegar al quirófano.
Su actividad se extiende a la docencia en la Universidad Francisco de Victoria, donde es profesor titular, y a la investigación extraclínica, que incluye estudios con terapias muy novedosas a nivel molecular, como los CAR T-cells, y la realización de nuevas intervenciones en animales para experimentar.
Ponerse en el lado del paciente
Para el doctor, la cercanía con el paciente es fundamental. Aunque la tecnología sea vital, defiende que “lo que realmente necesitan los pacientes no son muy buenos técnicos o son muy buenos cirujanos, sino buenos médicos”. Su filosofía se basa en sentarse “al otro lado de la mesa” y tratar a los demás como le gustaría ser tratado.
Utiliza las tecnologías, como las impresiones 3D de tumores, para explicar al paciente lo que se va a hacer, lo que se espera y cómo se comportará su organismo. En un mundo inundado de información digital, su rol es “tamizar y ajustar las expectativas, evitando que la tecnología opaque la dimensión humana del proceso”.
“Regulación sensata” para los profesionales
Jiménez de los Galanes reconoce que la medicina es “una profesión muy dura, que exige muchas horas y una planificación estricta”, lo que a menudo perjudica a su familia. A este respecto, y en una semana donde muchos médicos han estado de huelga por todo el país, anotaba que no es viable que la sociedad y las administraciones esperen que todo se consiga “a costa del esfuerzo de los profesionales sanitarios”.
Debe existir, opina, “una regulación sensata”, pues la sobrecarga impacta directamente en la seguridad del paciente. Y es que se ha demostrado que el riesgo de complicaciones quirúrgicas aumenta a medida que avanza el día, especialmente si el profesional lleva trabajando más de 20 horas.
Vínculo permanente con Daimiel
A pesar de su intensa actividad, mantiene un fuerte lazo con Daimiel en el que estuvo empadronado, apunta, hasta hace pocos años a pesar de vivir en Madrid Un vínculo que mantiene con visitas a sus padres y amigos siempre que puede, y especialmente durante las vacaciones veraniegas, en Semana Santa, como hermano ‘morao’ de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, y ahora en Navidad.
Para el cirujano daimieleño los valores de "nobleza, esfuerzo o dedicación” son inseparables de su tierra y por eso intenta que sus dos hijos conozcan estas raíces para que “sepan de dónde vienen”.

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