La entrega de diplomas a sus participantes este lunes puso fin a las ocho sesiones impartidas en las instalaciones de Cesabe. Sus responsables desarrollaron la formación que ha permitido dar una “segunda vida” a viejos muebles. En el acto, alcalde, Leopoldo Sierra, felicitó la iniciativa, que espera pueda tener más ediciones dado su éxito y demanda.
Daimiel Noticias.– La delegación de Consumo ha cerrado la segunda edición del taller de restauración de muebles que se ha desarrollado semanalmente desde principios de octubre en las instalaciones de la empresa CESABE. Sus gerentes, Manu Cejudo y Almudena Quirós, han sido de nuevo los encargados de comandar esta formación a los 12 participantes.
La mitad de ellos pudo acercarse al acto de clausura, celebrado este lunes a última hora de la tarde en el salón de plenos del Ayuntamiento de Daimiel. El alcalde, Leopoldo Sierra, agradeció a la concejala Prado García-Carpintero y a la técnico de la OMIC, Gema Valiente, haber organizado esta actividad “tras el éxito de la primera edición”.
Sierra subrayó que este curso ha permitido dar “una segunda vida” a esos muebles que solemos aparcar en casa y destacó que la restauración requiere paciencia y conocimientos. Un aprendizaje que no hubiera sido posible sin los profesionales de Cesabe, que han vuelto a estar "al pie del cañón".
Agradeció a ambos el esfuerzo que realizan y el cariño que le ponen, señalando que “el éxito del taller” reside en ellos. Finalmente, reiteró su agradecimiento a la delegación de Consumo por hacer que esta actividad “cale” y expresó su esperanza de que se realicen sucesivas ediciones.
Por su parte, García-Carpintero detalló que el taller se ha desarrollado a lo largo de ocho sesiones y conecta directamente con el respeto hacia el ecosistema y el entorno. Además, la concejala calificó de “espectacular” el cambio que han sufrido los muebles utilizados y restaurados por los alumnos, un trabajo siempre acompañado de "la paciencia de Manu y el apoyo de Almudena".
Mientras, Valiente destacó que a las clásicas “tres erres” (reducir, reutilizar y reciclar) se le añade la cuarta de la restauración. Advirtió a los alumnos que, a partir de ahora, su visión sobre los muebles cambiará, pues su cabeza “hará clic cuando vean un mueble en la basura”.
La técnico de la OMIC enfatizó que no es necesario que todas las casas sean iguales, ni que sean de grandes firmas comerciales, sino que introducir elementos de este tipo les da “mayor identidad” y contribuye a “reducir la cantidad de enseres y muebles que terminan en puntos limpios”.
El acto de clausura finalizó con la entrega de diplomas a los participantes y un diploma especial a Manu y Almudena, seguido de la proyección de un vídeo con el antes y el después de los muebles restaurados.


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